Celtiberia soriana
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Íberos celtas y celtíberos

Íberos celtas y celtíberos

¿Qué dice la lingüística?

La lingüística marca la división de la península ibérica en dos áreas diferenciadas: una ibérica y otra céltica. Solo se utilizó la escritura indígena en la zona ibérica y dentro de la segunda en el área celtibérica y lusitana, el resto desconoció la grafía hasta que adoptó la latina en época romana. La toponimia y antropónimos muestran la existencia de dos grandes áreas diferenciadas dentro de la Península: los topónimos indoeuropeos terminados en –briga, o los realizados con antropónimos ibéricos en -iscer y -beles, marcan unos limites que coinciden también con el de las leyendas de las monedas, con sufijo –sken para la zona ibérica y –kom, -kos, para la celtibérica.

Respecto a la organización social que se desprende del análisis lingüístico se encuentran vinculados al área céltica la mayoría de los antropónimos Ambatusconocidos, cuya etimología hace referencia al sistema de clientela existente en esta sociedad. De igual forma las tesserasde hospitalidad conocidas (pactos de ayuda mutua entre personas, ciudades y grupos) se circunscriben a la zona nuclear celtibérica y área próximas.

Estas dos amplias zonas diferenciadas parecen mostrar una distinta mentalidad social y religiosa. Podemos plasmar dentro del área peninsular definida como céltica un territorio en el que con toda seguridad habitaban los celtíberos históricos y que se extendería por la zona este de las actuales provincias de Guadalajara, Soria, Rioja y oeste de Zaragoza y Teruel, y que se ampliaría a la zona norte de Cuenca si se acepta incluir las ciudades carpetanas que Ptolomeo cita como celtíberas. Este territorio está sujeto a una variación en razón de los criterios interpretativos a los que se sometan las fuentes históricas, arqueológicas y lingüísticas disponibles.

Los iberos ocuparon la franja mediterránea desde Andalucía Oriental hasta el Languedoc francés, se caracterizan por el uso de lenguas y sistemas de escritura propios, una cerámica a torno ricamente decorada con motivos pintados o el avanzado armamento en el que la falcata ocupaba un lugar representativo. Este pueblo de compleja organización social y territorial se nutrió de los contactos comerciales con otros pueblos del Mediterráneo, como los griegos, fenicios y púnicos.

Iberos y celtiberos son unidades sociales con marcadas diferencias entre sí, lo que no excluye contactos frecuentes entre ambas zonas. En este sentido, cabe señalar la distancia entre las lenguas de ambos pueblos que responden a raíces y tradiciones muy diferentes. Pero, a su vez, cuando la lengua celtibérica comienza a escribirse se utilizan los signos ibéricos; así mismo el mundo ibérico trasmite a los celtíberos la técnica de la pintura geométrica o figurativa de la cerámica. Estos vínculos aparecen arqueológicamente mucho más claros a partir del siglo III a.C.

Es posible que la organización social celtibérica, mucho más igualitaria que la ibérica, con una economía menos intensificada y un territorio con menores recursos productivos, limitó el poder expansivo comercial del mundo colonial y de la propia organización ibérica. Los celtíberos, en este sentido mantuvieron sus diferencias y personalidad étnica y política de una forma activa en relación con sus fronteras orientales, hasta que, a partir de la segunda guerra púnica (218-216 a.C.), como consecuencia de la conquista romana se alteró la situación de los diversos pueblos peninsulares 

Los celtas, nombre con el que griegos y romanos se referían a las poblaciones bárbaras del Occidente europeo, asentadas también en amplias áreas de la Meseta, el Norte y el Oeste de la Península Ibérica. Fue un conglomerado de pueblos que compartían determinados rasgos culturales (organización social, religión, lengua, costumbres y cultura material) que pasaron de la Prehistoria a la Historia con la conquista e incorporación al Imperio Romano.

En los inicios del siglo XXI los celtas se presentan como un concepto multiforme que se puede concretar en tres amplias visiones: una académica, otra popular y finalmenta la exotérica. El concepto de celta se ha ido construyendo a lo largo de la historia y su significado ha ido cambiando en ese proceso. Los celtas han sido siempre reinventados (Ruiz Zapatero).

Los celtíberos: ¿Quiénes eran?

El nombre celtibero aparece mencionado por los escritores grecolatinos, como referencia de un territorio que denominan Celtiberia. ¿Pero los celtíberos se veían así mismo como tales?, lo desconocemos.

Para los escritores de los siglos IV y III a.C., la Meseta central era un país de celtas, ya que Timeo (340-250 a.C.) se refiere a la Célticamontañosa. Será en el tránsito del siglo III al II a.C. cuando se empiece a diferenciar en los textos el componente celtíberos, siendo Livio el que los nombra por primera vez, en el año 218 a.C. y más explícitamente Polibio, a partir de este momento, las citas se multiplican.

Diodoro, tomándolo de Poseidonio, da la versión literaria de este componente poblacional: “estos dos pueblos, ibero y celtas, en otro tiempo habían peleado entre sí por causa de territorio; pero hecha la paz, habitaron en común las mismas tierras; después por medio de matrimonio mixtos, se estableció afinidad entre ellos y por eso recibieron un nombre común”. Pero a lo largo de los casi seis siglos, que dura la Cultura Celtibérica, los límites de estos pueblos sufrieron continuos cambios y variaciones.

Será con la guerra de Numancia cuando encontramos una información más depurada sobre pueblos y territorios. En estos momentos hallamos mención expresa a los lusones, arévacos, belos y titos. Una visión de síntesis posterior nos la ofrece Estrabón, que escribe en el siglo I d de C., y para el que la Celtiberia es una región desconocida, de la que existen pocos testimonios y poco seguros, lo que explica la existencia de discrepancias, así algunos la dividen en cuatro partes de las que cita a arévacos y lusones y otros en cinco. También Plinio nos refiere un sentido amplio de Celtiberia, contrastando con la visión más restringida que nos da posteriormente Ptolomeo, quien separa a los arévacos de los celtíberos, penetrando en territorio Olcade y Carpetano.